Los hay de varias clases y características, los principales son los detectores de movimiento y los sensores magnéticos. Los primeros funcionan detectando cambios de temperatura y movimiento en un volumen determinado, pudiendo así descubrir a un posible intruso dentro de su propiedad. Los segundos envían señales al ser separados, y son ideales para las aberturas. Cada uno de estos sensores deben estar cableados y deben ser colocados de manera correcta en los lugares que quieres proteger, para asegurar una mejor detección.
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